Capítulo 2: Un Encuentro Inesperado

Finalmente se despidió de Sosky el guardián vestido de verde y atravesó la puerta de la montaña con forma humana en busca de sus recuerdos.

Al atravesar la puerta ante ella apareció el mar. Sus pies pisaron arena fina, olía a sal y hacia una temperatura muy agradable Pero no era lo que esperaba, pues Soski le había dicho que dentro de la montaña habían muchos caminos. Fuera como fuese el lugar era precioso y estaba muy cansada después de aquel largo camino que había hecho. Por lo que decidió parar a descansar, y se sentó a contemplar el mar. Estaba medio hipnotizada con el sonido del mar cuando delante suyo apareció una ballena.

Emocionada corrió al saliente de la cala para poder acercarse más, nunca había visto una ballena. En su mundo la ballena era la guardiana de las memorias del corazón desde el origen de los tiempos, no en vano era el animal con el corazón más grande del planeta.

Al llegar a las rocas de la punta de la cala, la ballena se acercó, y empezó a emitir uno de sus cantos, Rompió a llorar no sabia si de belleza o de añoranza, sentía el canto de la ballena como el arrullo de una madre.

Muchas cosas habían pasado hasta llegar hasta allí, todas pesaban en su corazón y el canto de la ballena las aligeraba. así que sentía una inmensa gratitud por su aparición y por el regalo de su canto. Así pasó un buen rato hasta que sus lágrimas dejaron de brotar, entonces la ballena dejó de cantar.

Y la ballena sorprendentemente habló:

- Nayeli, la hija del amor, ese es tu nombre olvidado. Recuerda siempre que sin amor no existiría la vida. Si quieres acompañarme te mostraré algunas partes de este mundo.

Y sin pensárselo dos veces, Nayeli que ya había empezado a recordar, se lanzó al agua de ese mar inmenso color turquesa, para nadar junto a la ballena. No cabía en si de felicidad y gozo. Había recuperado su nombre, ya sabia quien era.

Pues resulta que sí había caminos, reflexionaba mientras nadaba hacia la ballena, pero nunca imaginé que empezarían en el mar.