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Capítulo 3: La Isla de Lava

Actualizado: 2 feb 2021

Nayeli y la ballena, que se llamaba Ulises, nadaron durante mucho tiempo, atravesaron un mar un poco turbulento, de un color azul oscuro. Era curioso, en este mundo ella no se cansaba y podía respirar bajo el agua. Había bajado con ballena al fondo del mar, habia visto criaturas hermosas en los fondos, corales llenos de vida y color y peces de todas formas y tamaños. Bajo el mar existía otro mundo.


La ballena Ulises la dirigió y buceando llegaron a una cueva, Nayeli entró por el hueco y nadó hasta la superficie. Allí el mar se abría a una caverna gigante con una apertura muy grande en el techo que permitía la entrada de luz. Era espectacularmente bonita, tenia arena blanca fina, unas plantas extrañas de hojas verde oliva con flores enormes y un árbol que parecía sagrado, tenía telas estampadas alrededor del tronco, hojas anchas de un verde intenso y frutos de infinidad de colores.


De repente, entró volando por la abertura del techo un figura enorme con alas similares a la de los murciélagos, era un dragón, un dragón verde. Nayeli casi se muere del susto, en su mundo no existen los dragones sólo en los cuentos, sabía que echaban fuego por la boca y que eran fieros y salvajes.

El dragón verde se puso frente a ella, no tenia escapatoria ... bueno podía correr al mar pero el miedo la había paralizado.


Y el dragón habló:

- Hola, soy Shan la dragona verde. Se que a los humanos os damos miedo por las historias que os han contado pero en realidad los dragones somos los guardianes del Origen y del fuego que mantiene la vida en la tierra. Permanecemos en la oscuridad allí donde la vida comienza.


Por cierto, Quien eres? que haces tu aquí?

- Hola Shan, soy Nayeli. Vine en busca de mis recuerdos olvidados. Perdona Shan ... pero todavía me asustas un poco.

- Eso se arregla rápido, sube a mi lomo y vuela conmigo, así comprobaras que se puede confiar en mi. Te vi junto a Ulises la Ballena hace un rato. Me gustaría mostrarte algo.


Un gran vértigo la invadió, confiar ... atravesar el miedo que sentía? Confiar en la ballena fue fácil con el canto ganó su confianza, pero la dragona, el fuego, volar era mucho más difícil.


De todas formas había llegado hasta allí, incluso había nadado bajo el mar ... Así pues decidió arriesgarse a volar.


Subió sobre Shan, no sin miedo. Atravesaron el agujero del techo de la caverna, desde lo alto se veía que pertenecía a una montaña, rodeada de mar.


Volando sobre el mar llegaron a una isla negra, con un volcán, llena de ríos de lava roja.

- Probablemente esta es la razón por la que te damos miedo los dragones Nayeli. - dijo Shan- Tuvimos que aprender a manejar el fuego. Esa fue nuestra lección: el aprendizaje del equilibrio del fuego, el precio fue bastante costoso y doloroso.


- Yo ahora soy una dragona verde - continuó narrando Shan- pero primero fui una dragona negra, vivía en esta isla que fue destruida por el fuego ocasionado por la lucha entre los dragones que aquí habitaban ... dejándola desértica y sin vida, cosa que me ocasionó un gran pesar. La ballena vino un día a visitarme, me mostró su canto, sentí belleza y añoranza y lloré mi gran pesar, El agua se llevó la negrura de mi piel, resulta que eran cenizas y descubrí que en realidad, mi piel era de color verde, lo había olvidado! Y que era creadora, aprendí a dominar el fuego para dar vida junto con el agua. Yo aliento la vida con pasión y fuerza. Y creo vida junto con el agua de los sentimientos.


A Nayeli le pareció una historia preciosa la de Shan, el también había olvidado y recordado como estaba haciendo ella. Nayeli recordó junto al Shan el valor del aprendizaje, el equilibrio de las fuerzas, la transformación, la pasión y la importancia de los sentimientos. Y descubrió que los dragones también lloran.


Y volando de nuevo, esta vez ya sin miedo, respirando esa brisa del atardecer a lomos de Shan la dragona verde regresaron a la cueva.


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